29.12.07

Las Botox

Para Juli
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Por supuesto que ninguna de ellas hubiera respondido a ese nombre. No eran un grupo, parientes ni amigas. Tampoco las únicas, en otros barrios -fuera de Palermo- también las habría. Pero nadie sino ellas, ellas seis, Vane Eli Su Tamara Romi Grá y Sonia: las Botox, nadie sino ellas hubiera pasado a la historia, tapas de diarios y revistas, por lo que pasó ese día en la calle Ugarteche.
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Como el resto de las chicas, Vane Bustamante, era una sobreviviente. Sí, una sobreviviente. Hija hacía cincuenta y tres años, madre de Éricca hacía veintiséis y viuda hacía ocho, decidió operarse las lolas. Era, para los demás, un cambio menor y superficial, por supuesto. Pero fue, eso lo supo después, el primer push up del verdadero Cambio, como les dijo a las chicas la vez que lo contó.
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Fui a buscar los estudios y ¿quién me estaba esperando?. Cara seria, guardapolvo punta en blanco y zapatitos náuticos: el Doctor Estambulián, adivinaron todas. En la otra punta del pasillo, la que venía arrastrando un bolso más grande que ella ¿era? ... ¿era? ... Yo. En el bolso, comodísimo, que había usado para el parto de Éricca, llevaba ropa y todo en caso de que el Doc decidiera operarme en ese mismo instante. Es un difícil con los turnos, coinicidieron todas. Vane Bustamante se quedó pensando en el bolso de embarazada, en su compañía nada fortuita. Presente en el nacimiento de su hija y en las que nacerían ese día: sus lolas nuevas, duras y resplandecientes.
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La cara seria del doctor Estambulián anticipaba el resultado de los estudios. Impacientes, aguardaban en el interior de un sobre papel madera. La noticia fue abrumadora. Ubicados frente a una pantalla, observaban oscilar las manchitas que aparecían en las ecografías de mama. Ésas, señaló el doctor. Lo que para Vane era un arreglo floral, para Estambulián era un cáncer de mama que habían agarrado a tiempo. Ahora yo, le dijo al doctor y a las chicas la vez que lo contó.
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(sigue..)