1.4.09

Lo horizontal de la pared es el piso



El que entra dice que afuera deben hacer uno dos grado menos. Y todos pensamos en la Ganancia, en esa Victoria provisoria contra el frío. Pero sabemos que nuestro Peligro es otro. Eso no siempre lo supimos y es también ahora una ganancia. Algunos pensarán el Cartón en el piso. Otros agradecerán la Ropa seca o el Andamio que devino techo. Son conjeturas débiles que no se ofrecerán como respuesta ni se comentarán. Porque respetamos las astrologías individuales, dice alguno sin esperar respuesta. Sospecha que si alguno ronda en murmullos vecinos, entonces morderá la frase.
Nadie, en este caso. La atención está en otro lado para los que mantienen un ojo abierto: el Envase cúbico alargado que sostiene el recién llegado. Por estar quieto y ya adentro, la Acción que lo definía deja de hacerlo y el elemento que para el resto lo significa es la única materia del espíritu que les ha sido revelada a los mortales: el Vino. Su mano derecha abraza el envase de cartón. Un Tetra que suponen de blanco y que por la firmeza e integridad de la forma que mantiene el endeble material, suponen lleno. Como se decía, el elemento es definitorio y definitivo, porque introduce un orden por todos reconocible. El Vino pasa de mano en mano trazando un círculo que preferimos llamar Ronda y nos iguala en ese momento de belleza incuestionable: el Beso en la tapa plástica que acerca el líquido a los labios. Cada cual, más o menos grados, empina el pico y experimenta esa religiosidad.
La bebida fría produce un punzante cosquilleo a lo largo de la espalda y regresa derramando calor en la línea que trazó. Algunos ya no saben quién sostiene a quién, si la botella a ellos o ellos a la botella. Hay un convencimiento, digamos, de un elemento que transmite su verticalidad y entereza al otro. Como si el piso, en el que estamos todos mejor o peor acostados, ofreciera transitivamente su horizontalidad a la pared. O al revés, la pared al piso.

2.3.09

tambores


En Buenos Aires, en los últimos años del siglo XVIII había 10.000 habitantes entre mestizos, guaraníes y españoles y 20.000 africanos Kongos, Luangos, Mandingos, Carabalís. El sonar de los tambores era permanente, según crónicas jesuitas , tanto que el Virrey prohibió el uso de tambor (pues actuaba como aglutinante cultural frente a la clase dominante).

8.2.09

funciones


"El crítico tiene la posibilidad de multiplicar su opinión miles de veces mientras que el artista queda sin posibilidad de rebatir u opinar sobre lo que se ha dicho de su obra. Queda como si fuera un funcionario público que debe cumplir ciertas funciones y es criticado como si tuviera que responder. El artista es un ser más gratuito, no está dilapidando un capital de todos sino que está poniendo a funcionar con los demás una posibilidad poética, que puede gustar más o menos pero me parece a veces muy injusto el grado de exposición a que queda sometido sin poder rebatir. Siendo él el artista, no el crítico. "

igual de pobres

"Antes, en los comienzos y aún hasta hoy, es lo mismo..., siempre el mismo desafío seguramente que nacido de pobreza ante eso que todavía no existe."

2.2.09

horarios de monje

Maitines: plegaria de vigilia
Laudes: plegaria de la mañana
Prima: seis de la mañana
Tercia: nueve de la mañana
Sexta: doce del mediodía
Nona: tres de la tarde (la mona, la siesta nuestra?)
Vísperas: seis de la tarde
Completas: antes de ir al descanso

canto gregoriano

1.
"El canto gregoriano jamás podrá entenderse sin el texto, el cual tiene prelación sobre la melodía y es el que le da sentido a ésta. Por lo tanto, al interpretarlo, los cantores deben haber entendido muy bien el sentido del texto. En consecuencia, se debe evitar cualquier impostación de voz de tipo operístico en que se intente el lucimiento del intérprete. Del canto gregoriano es de donde proceden los modos gregorianos, que dan base a la música occidental. De ellos vienen los modos mayor y menor, y otros cinco menos conocidos."


2.
La penetración del canto gregoriano en Alemán fue en el año 843. A estar de lo escrito por Juan el Diácono, biógrafo del rey Gregorio VII, la enseñanza del canto gregoriano por emisarios romanos de la ‘Schola Cantorum’ pasaba muchas dificultades ante las escasas condiciones vocales del alemán:
“Sus voces ásperas, que resuenan como trueno, no peden ejecutar modulaciones suaves porque sus gargantas, enronquecidas de tanto beber, no pueden emitir las inflexiones de voz requeridas para una melodía tierna”.

25.1.09

el teatro sabe besar

1.
Así como en el andar del rengo es donde mejor se observa la dificultad y por ello lo maravillo que tiene el acto caminar, no hay lugar más privilegiado y habilitado que el del tímido, para dar cuenta de la dificultad que es hacer saber a los demás acerca de lo que se siente. Nadie mejor que él, en su imposibilidad, objetiva y exhibe magistralmente ese milagro e incomprensible fenómeno. Como un a priori, la timidez es universalizable a la experiencia del primer beso. Y si bien luego el cancherismo y el dominio de la situación callarán aquel temor primigenio, no faltará nunca un tímido que haga retornar con desagrado su recuerdo. El tímido insiste.
Un rodeo tan grande que quizás nos hayamos salido de la pista, de eso que este artículo se disponía a convocar. Pero ¡qué pobre imagen pensar la erotización del pensamiento que es la filosofía como una carrera!. Dijimos rodeo, y en eso estamos, rodeando el asunto, acercándonos. Porque si hay algo que caracteriza el movimiento del tímido es este dar vueltas, el demorar tanto una acción simple que la mudanza de la situación termina quitándole el medio para operar. Ese agotador ejercicio de trompo, como es posible verificar, es peligroso porque pierde el suelo que le permitía girar. Entonces, nuestra trayectoria hasta aquí: timidez, la experiencia del primer beso y el sepultamiento de palada canchera.

recuerda hijo

Cuando mi atención está dirigida al "deseo de ella" con respecto a mí, soy invadido por las olas de la confusión, el agotador iryvenir por pensamientos y palabras que escuché de su boca. En fin, reina la incertidumbre y peligra mi paz social.
Ahora bien, pareciera que cuando mi cuidado está puesto hacia lo que pareciera ser "mi deseo", y su consistencia es tan endeble y efímera como la cortina de luz que atraviesa una puerta mal cerrada, es cuando gana en claridad ese deseo. Una claridad que será leída por sus efectos, la determinación. Por lo que, en tanto me dispone hacia algo sería mejor decir: soy puesto.
Recuerda siempre Tillo, es el viento que de ella sopla el que puebla de nubes el cielo de tu deseo. Déjalas pasar, y verán ella y tú, ese cielo invadido de estrellas.