29.12.07

Las Botox

Para Juli
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Por supuesto que ninguna de ellas hubiera respondido a ese nombre. No eran un grupo, parientes ni amigas. Tampoco las únicas, en otros barrios -fuera de Palermo- también las habría. Pero nadie sino ellas, ellas seis, Vane Eli Su Tamara Romi Grá y Sonia: las Botox, nadie sino ellas hubiera pasado a la historia, tapas de diarios y revistas, por lo que pasó ese día en la calle Ugarteche.
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Como el resto de las chicas, Vane Bustamante, era una sobreviviente. Sí, una sobreviviente. Hija hacía cincuenta y tres años, madre de Éricca hacía veintiséis y viuda hacía ocho, decidió operarse las lolas. Era, para los demás, un cambio menor y superficial, por supuesto. Pero fue, eso lo supo después, el primer push up del verdadero Cambio, como les dijo a las chicas la vez que lo contó.
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Fui a buscar los estudios y ¿quién me estaba esperando?. Cara seria, guardapolvo punta en blanco y zapatitos náuticos: el Doctor Estambulián, adivinaron todas. En la otra punta del pasillo, la que venía arrastrando un bolso más grande que ella ¿era? ... ¿era? ... Yo. En el bolso, comodísimo, que había usado para el parto de Éricca, llevaba ropa y todo en caso de que el Doc decidiera operarme en ese mismo instante. Es un difícil con los turnos, coinicidieron todas. Vane Bustamante se quedó pensando en el bolso de embarazada, en su compañía nada fortuita. Presente en el nacimiento de su hija y en las que nacerían ese día: sus lolas nuevas, duras y resplandecientes.
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La cara seria del doctor Estambulián anticipaba el resultado de los estudios. Impacientes, aguardaban en el interior de un sobre papel madera. La noticia fue abrumadora. Ubicados frente a una pantalla, observaban oscilar las manchitas que aparecían en las ecografías de mama. Ésas, señaló el doctor. Lo que para Vane era un arreglo floral, para Estambulián era un cáncer de mama que habían agarrado a tiempo. Ahora yo, le dijo al doctor y a las chicas la vez que lo contó.
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(sigue..)

14.12.07

bondades labiales

La generosidad de tu boca
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haciéndome un pete
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reclamaba este poema.

12.12.07

los chicos piden pizza

La semana pasada una amiga Morocha se acostó con cuatro masculinos. Cuatro. Cuatro distintos perfumes, ropa, edad, manera de hablar, de coger, de dormir, temas de conversación y variados destinos vacacionales.
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Ayer a la noche, en el living del envidiable PH palermitano de una amiga Pelo Corto, a la hora de la cena, entre deliberaciones de delivery, Morocha confesó que quería todo menos pizza: los cuatro masculinos, tan pero tan distintos, habían pedido pizza.

4.12.07

todo lo que la luz me permitió atrapar - por Sofía Fatale

Costa


Gonzalez


Juan Cruz








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Gracias y gracias a todos los que vinieron.
Gracias Juli, Juan y Simón.

19.11.07

lo que se empezó a usar

dswds
Se agranda el diccionario. Agregale a tu lengua dos nuevos piercing:
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amigos con derecho a goce
dsds
estar conjuntivitis (si fumaste)

6.11.07

campañas profilácteas

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PONÉTELO
ANTES DE PONERLA
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NO IMPORTA DONDE LA PONÉS
IMPORTA QUE TE LO PONGAS

crack

Que los compañeros de trabajo no te preguntaran cuándo habías empezado a fumar fue un gesto noble. Tendrías que haber explicado que hace una semana te separaste de tu mujer, en una charla serena y prevista, y que ya en la calle, frente al primer kiosko, buscaste con la mano que no sostenía el bolso un billete en el bolsillo y pediste el primer atado de cigarrillos de tu vida: un Marlboro box. Después descubrirías que los chicles de menta le otorgaban al tabaco un mentolado perfecto. Perfecto porque no te daba sed, te permitía fumar más o al menos todos los que no habías fumado en treinta y seis años y de paso cañazo adelgazabas. Pero eso sería después.
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Camino al consultorio, los que en la calle te cruzaron deben haber pensado que te ibas o llegabas de algún viaje. Por la época del año, verano, se supone a la costa Atlántica, a la nuestra. Mar del Plata, ponele. Una ciudad que te parecía otra ciudad, que no había llegado a ser, una promesa incumplida. Pero eso fue también lo que sentías de tu matrimonio cuando pasaron unas vacaciones en el departamento de tu suegra en la ciudad Feliz. Entonces lo que sentiste por ella, es quizás lo que pensaste de Mar del Plata, o ¿al revés?.
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En la puerta del edificio del consultorio, a veinte cuadras de donde hacía unos minutos habías dejado de vivir y en el bolsillo del pantalón, de la campera, del bolso no estaba la llave. Primera torpeza, demasiado pronto. Acá están, dijo tu ex mujer por teléfono. Del pantalón que habías dejado arriba del lavarropas para lavar, a un remis, a tu mano pasarían otros minutos. Pero su contenido no sería la espera, sino una acción mítica: encender tu primer cigarrillo. Por supuesto que olvidaste comprar algo imprescindible para el afianzamiento del vicio, el encendedor. Recién el tercer peatón te convidó fuego. Aguardaste que se alejara unos metros, para darle en la rudimentaria intimidad que se puede tener en la calle, la primera y profunda bocanada de humo.

5.11.07

alquileres en el cuerpo

Su cuerpo, máquinamaravillosa,
había encontrado
el modo de transformar
todo lo que le pasaba
en goce.
La adicción, inquilina sedentaria,
estaba tan a gusto y cómoda en su cuerpo
que su desaolojo parecía imposible.
De lo que se trataba ahora,
era arrastrar su cuerpo
hacia otro barrio.
La ciudad es siempre
la misma.

4.11.07

me lo dijo Federico

Sólo algo o alguien tan feo puede revelar la verdad de la belleza.

27.10.07

llamame

Llamame, por favor, llamáme.
Cada vez más opaco, más frágil,
estoy que me disuelvo.
Yamamé,
decí mi nombre,
necesito escucharme.

24.10.07

instrucciones para dejarte

(Daniel se esfuerza por instalar una sonrisa definitiva en su rostro. Cuando lo consigue …)

Martín, yo Daniel, quiero:
Que borres con Liquid Paper mi número de tu agenda
Que no vuelvas a hacer la torta de manzana con mi receta
Que taches lo que escribimos en el árbol que usábamos de arco en el Parque Chacabuco

Yo Daniel quiero,
Que no le eches la culpa a tu madre, la Santa nada tiene que ver con esto, con mi decisión, (se crispa y en un arranque de discurso político) la decisión es mía como la de cualquier uruguruguayo que habita el suelo sarmientino, ¿me entendiste?

Así que ni se te ocurra:
Dejar un mensaje en el programa de Rolando Hangling a la noche
Atarte con la cadena de la bici a la puerta de la Casa Rosada y pedirme por la tele que vuelva, me ruegues, que (con la voz de Martín)
con los dientes,
con las manos, como puedas
quita de mi ancho cuello
el metal de ésta cadena…

Muerto antes que
solo y arrinconado allá
en mi casa de tierra y sin jardín.
¡Ay qué lamento, qué fuego
me sube por la cabeza!
¡Qué vidrios me astillan la lengua!

Y yo rimaré internamente:
cuando aquésto hagas
apenas rozarán del otro lado
la lengua de tus palabras
que de un salto a la caja
de Ruben es la furgoneta
que me cruza hoy el charco de plata

Entonces:
Me llevo la Topper blanca de tu pie derecho, la que estaba más sanita y te dejo la mía que está tan rota como la tuya del pie izquierdo. Ahora, te quedó el par más parejo.
Me llevo: el ancho y el siete de oro del mazo de cartas del hotel Bribón
Me llevo mi boleto del viaje a Salta que hicimos, vos estabas en la fila 29 y yo en la 30.
No quedaban más asientos, ¡qué escena tuve que hacerle a la vendedora para que me vendiera dos pasajes!. “ Hace un mes me operaron del hígado y me pusieron un tubo acá al costado … hago por ahí. La bolsa ésta ya tiene un mes, y si no me la cambian … en cualquier momento, ahora mismo, podría explotar y salpicar de mierda medio Retiro”.
Prendí un sahumerio de almendra en el cuarto, de los que compramos en la feria de artesanías en Mar del Plata. Era el último, se acabaron. Se acabaron las clases de candombe, compartir la colchoneta para meditar, dejar mis zapatillas afuera del cuarto para que no lo apesten de olor.
Y sí, tendré que aprender a ser fuerte, a hacer el nudo de la corbata … solo, a llevar el changuito del supermercado lleno … solo. Pero ya sé cómo empezar, sé por dónde. Hoy empecé a fumar otra marca de cigarrillos, y mañana voy a pedir otro gusto de helado, a sentarme de otra manera, y pasado mañana a atarme los cordones de las zapatillas con tres nudos. Ya empecé.

Yo Daniel, yo que te quiero

la muerte del rock

Lo que marca Cromañón es el fin de ciertas prácticas que había producido el under de los ochenta. Lugares inflamables, había chispa, cosas para quemar de una buena vez, roces, contagio, virus, exceso. Había algo que lo mantenía abajo, un borzego que pisaba firme.
Pero hoy el lugar del rock está en otra parte. El supermercado de los festivales. Las góndolas exhiben las bandas de la fecha. Ingenuos, los bepis del barrio van a ver a su equipo jugar en primera. Mientras, prolongado requiem, el rock no vive sino porque aún resulta negocio para Quilmes, Brahama, Pepsi.
A Cromañón se le pegó un calificativo: “tragedia”. Lo que narra la tragedia son las piruetas y final muerte de su héroe: el rock. Escribo sobre el cuerpo del delito.

***

¿Quién escucha a Spinetta? Casi nadie. Jóvenes que añoran los setentas, que revuelven con rabia vinilos en las galerías de Santa Fé (que duplican en precio las mismas ediciones que sacó Pop Art), que persisten en la incomodidad de los pantalones Oxford y en la picazón de la barbeta chehuevariana. O bien, cincuentones que la masacre de la dictadura no alcanzó a borrar. Por eso, el título que lleva su anteúltimo disco resulta elocuente en esta cuestión de precisar un público spinettiano: “Para los árboles”.

***

El Babasónicos de los 90 decía cuando vestía Cemento de palmeras, los disfraces berretas que intentaban manchar los impecables armani menemistas, la convertibilidad oficial argentina a la religión neoliberal. Desde esta punta del escenario “los veo a todos en una comedia parecen cowboys sin acción”. Pero ¿qué posta cantar después de la devaluación?. Lo suyo fue Anoche. Su discurso menguó cuando se apagaron las últimas luces de la fiesta a la que no habían sido invitados, eso está claro. Porque ¿a quién contestarle? ¿dónde estás interlocutor?, ahora que sí están en la fiesta, ahora que el mercado los mima se sienten putitas. Desorientados, nostálgicos: “quiero ser el murmullo de alguna ciudad que no sepa quien soy”. La estrella sólo brilla de noche y de día se esconde tras la capucha de un buzo Levis.
Sin embargo, en arranques de infantil rebeldía contra el mercado, como en la letra del tema “Soy Rock” lanzan: “no voy a ser prisionera de tu organismo feudal”. O cuando intentan decir cómo se habla: “será tu condición racial o tu lugar de privilegio” terminan pidiendo una explicación. Quizás la respuesta la hayan encontrado en el carisma: “Tengo que aprender a fingir mas, y a pilotear lo que pienso”.

***

Disco tributo a Calamaro. Era hora de rendirle un homenaje, devolverle los aportes a la fórmula de la canción calamaresca, que proliferó en Cotis Sorokins, etc. El tributo entierra, la muerte más oficial.
La Vuelta martinfierrista de Calamaro a la vida, disipada la prolongada humareda de porro viene a decir su verdá. Un hallazgo: en su viaje a las tolderías encontró el folklore y el tango. Y una guitarra flamenca que acompaña una voz incapaz de templar un tango.

***

El destino fue otro para bandas como Los Auténticos Decadentes o La Mosca. Hoy su público no supera los doscientos invitados que convocan las fiestas de quince de chicos bilingües en los hoteles más top. Animando fiestas ... donde sobrevive lo que queda de ella.

***

Charly García es un souvenir, un dinosaurio, una pieza de museotel del cowboy Alan Faena. Pide a gritos su defunción: “Saquen y eliminen a esa tonta de mi rock and roll Yo” o “Me convertí en un souvenir. Asesíname, asesíname.” Lo problemático es que nadie logra darle la última estocada. ¿Qué pasa? ¿No pasa nada? ¿Dónde está pasando, en las fiestas electrónicas? ¿Quién tiene la voz de mi generación?

Los últimos saludos, una mano que se blande casi sin fuerzas, agoniza, la despedida del rock. Impaciente en el cajón, aguarda su entierro. Hora de homenajes, tributos, préstamos, deudas.

21.10.07

elasticidad


Ayer a la tarde la florería de la esquina vendía el ramo de fresias a cinco pesos.

Hoy a la mañana: diez. Previsor del exceso de demanda, el vendedor de flores había simpatizado con los múltiplos de dos. En pocas horas, la elasticidad del producto fue de un cien por ciento.

Lo que pueden las madres.

18.10.07

"Mis mujeres no me piden pitos" por Benjamín Diamante

Antes de cruzarme con jacques pensé en decirte esto:"vos realmente crees que tu mamá quiere un pito, que lo necesita?". Tu papá seguro que grita de terror, no por la falta o por el miedo de la falta, sino porque vé que el pito no falta: la falta falta como falta, a la que no le falta nada. Y los papás piensan, y esto donde me lo meto (porque siguen pensando que en algún lado tiene que faltar)- y mientras pienso que a haloscan le fatan las itálicas -mis mujeres no me piden pitos, a mis mujeres no les falta. Pero claro, yo soy puto... tengo pito ¿no?.
Y después me cruzé con jacques que me dijo: ¿Por qué entonces el pánico, el miedo, el "pudor"?La distancia femenina abstrae de sí misma la verdad suspendiendo la relación a la castración. Suspender como podría tenderse o extenderse una tela, una relación, etc., que se deja al mismo tiempo -suspendida- en la indecisión. En el ¢pox®.Relación suspendida a la castración: pero no a la verdad de la castración, en la que la mujer no cree, ni a la verdad como castración, ni a la verdad-castración. La verdad-castración es precisamente el problema del hombre, la problemática masculina que nunca es lo bastante vieja, escéptica ni disimulada, y que en su credulidad, en su estupidez (siempre sexual y que ocasionalmente se presenta como experta maestría), se castra secretando el señuelo de la verdad-castración. (En este punto sería lícito quizá interrogar -desacoplar- el despliegue metafórico del velo; de la verdad que habla, de la castración y del falocentrismo en el discurso lacaniano por ejemplo.)
La “mujer” -la palabra hace época- tampoco cree en el reverso puro de la castración, en la anti-castración. Es demasiado astuta para eso y sabe -de ella, de su operación al menos, deberíamos aprender nosotros, pero ¿quiénes nosotros?- que semejante inversión la privaría de toda posibilidad de simulacro, la devolvería verdaderamente al mismo estado y la instalaría más firmemente que nunca en la vieja máquina, en el falocentrismo asistido de su compadre, imagen inversa de las pupilas, alumno alborotador, es decir, discípulo disciplinado del maestro.Así, pues, la “mujer” necesita del efecto de la castración, sin el cual no sabría seducir ni suscitar el deseo -pero evidentemente no cree en ello. “Mujer” es lo que no cree pero aparenta creer en el marco de un nuevo concepto o de una nueva estructura que persigue la risa. Del hombre - sabe, con un saber al que ninguna filosofía dogmática o crédula podría compararse, que la castración no tiene lugar.y yo tuve cerrar el libro cuando explotaron los espolones, cerrar el libro cuando dijo lacaniano, irme a dormir como se duerme después del cansancio, con los sueños.
La mujer no cree en la castración- siguen faltando las itálicas.

16.10.07

permitirse ser grasa

Después de fatigar los órganos sexuales se queda dormida. Sentado en el sillón, a un costado de la cama, tengo una vista privilegiada de sus dos tatuajes, ojos cerrados y pelo rubio revuelto regrasoso. Después de coger nos bañamos, mentira.
El departamento, un ambiente que es cocina-living-cuarto-escritorio-comedor, está casi a oscuras. En el piso, los preservativos con un nudito en la parte superior, parecen perdigones de una batallada narrada por libros de historia del secundario. Allá, ella, su cuerpo tuneado: un apoyabici perfecto y tetas con curvas de autopista; acá, yo y mi cuerpo rayado por las líneas de luz que burlan la persiana baja. Sobre la mesa de luz, el sahumerio que desprende un continuo hilo de humo invade el aire con olor a vainilla. Fumo el último cigarrillo de la noche y escucho la letra de la última canción del cd:
entre tus piernas
todo entiendo
no te duermas
yo te sueño
La música se corta y apago el cigarrillo en un cenicero que tiene la forma de una mano de puma. Al acostarme, acomodo primero mi cuerpo y después mi respiración a la suya. La mañana siguiente me dirá que soñó conmigo. Desnudo, en el medio de una avenida, hacía señas a los autos. Ella reía desde la vereda de enfrente.

8.10.07

el búho de minerva

dice que la primera vez que viste tu ciudad fue al volver de un largo viaje.

dice que la primera vez que te sentiste sobrio fue después de haberte drogado.






vuelos knockturnos, el búho, un pliegue de la noche.

2.10.07

por un tiempito

Mamá me quiere tanto pero tanto, que me regaló su pito cuando yo nací. Por eso lo cuido tanto pero tanto, que sólo lo comparto con quienes son como ella.
A veces, cuando discute con papá, desearía arrancármelo -como la espada que cuentan estaba enterrada en la piedra- y devolvérselo. Si ella lo tuviera un rato, papá no gritaría tanto ¿no?.

27.9.07

taxi, taxi

no me lleve a mi casa

lecturras

Regalo de cumpleaños, novela "Opendoor" de Iosi Havilio:
- Y ¿te gustó?
- No me para la pija

24.9.07

entre-vistas

Entrevistas por portero eléctrico: ¿quién será mi primera víctima?

22.9.07

sin medias


La irresistible voz masculina que desde los parlantes del auto le había ofrecido las bondades de las medias Roxana, esa noche la invitaba a bailar un tema de los ochenta en un pub del Centro. Horas después, en el hotel, supo que no se había equivocado: era él.
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En la esquina de Córdoba y Bulnes, el semáforo en rojo la obligó a detener el coche. Mientras buceaba su celular en la cartera, escuchó en la tanda de un programa radial de la tarde "Slip media sin pie ultra opaca con multifibras. Ni brilla ni engorda tus piernas. Medias Roxana, a la medida de tu belleza". Grave y cómplice, suave y penetrante, la voz del locutor le produjo un cosquilleo que se inició en sus pies apoyados en los pedales, se deslizó hábil por la superficie de las medias de lycra y depositó una vibración intensa en su sexo. Si esa voz era portadora de un cuerpo, para Marina, ese pedazo de carne encendida debía tener: desbordante musculatura, un pecho poblado de resortes, una mandíbula prominente, pelo corto, orejas pequeñas, labios gruesos, lengua ágil y ser un quince muerta. La imagen que se representó era la de un monstruo, pero ¿qué otro cuerpo sino ese podía tener aquella voz que, de tan masculina, parecía inhumana?
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Por la noche saldría con Gloria y por Gloria. La única amiga que conservaba del colegio secundario y la única capaz de haber decidido por ella que ésa noche iría a un bar. “Hoy salimos. te va a hacer bien. beso linda”, decía el mensaje de texto. Cuando el semáforo dio verde arrojó el aparato al interior de la cartera abierta. Destino: abajo del asiento. Apagó la radio, necesitaba pensar. Treinta y dos años y divorciada, treinta y dos y soltera, tanto para ella como para Gloria salir era responder ante los hombres esas dos preguntas. Quizás por eso frecuentaban los bares del microcentro. Poblados de extranjeros, alemanes muchos alemanes, con quienes la diferencia de idioma era para ellas un beneficio. Un nuevo semáforo la detuvo al llegar a la esquina.

(sigue...)

20.9.07

patear la ciudad

Un joven con la mano apuntando al cielo exhibía un limpiaparabrisas, como un trofeo. Se dirigió al primer coche de la fila. En el interior del auto una morocha con camisa negra movía su dedo índice de un lado a otro y repetía “están limpios, están limpios”. El joven amagó dirigirse hacia la fila de coches vecina. Vio que el torso de la morocha de tez muy blanca se perdía en el asiento del acompañante y aprovechó el descuido para apoyar el limpiaparabrisas en el vidrio delantero.
Al incorporarse, la conductora encontró un corazón blanco dibujado en el vidrio.

3.9.07

Dos y dos son tres

para Diego
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Antes de ir a trabajar, Susanne le prometió que por la noche saldrían a pasear. De la jornada laboral, dos desgracias. Un lunar de café en la camisa celeste, comprada la semana anterior, invencible a cualquier producto de limpieza. La otra, una desgracia a posteriori, el cansancio insoportable en la vista por pasar tantas horas frente a la pantalla de la computadora, le aseguraban un turno ineludible la semana siguiente con el oculista.

Abrir la puerta y recibir esa inagotable fuente de cariño que era su lengua, fue enseguida olvidar aquello. Se amaron unos minutos con la puerta abierta. Susanne se quitó los zapatos con taco y entre risas le ordenó que se preparara para salir. Profitó las medias de nylon y el parquet, para patinar a lo largo del pasillo. Él la acompañó a su cuarto, durante toda la tarde él no había hecho otra cosa que preparase para la salida.

Encontró su cuarto tan limpio y ordenado como la habitación de un hospital. Jueves. La señora que su madre le enviaba dos veces por semana, había ido durante el día, para que Susanne tuviera la casa presentable cuando ella deseaba ir a visitarla. Quitó del placard el conjunto deportivo, jogging y camperita con capucha. Antes de arrojarlo sobre la cama, no pudo evitar acercarlo hasta su nariz y comprobar si como prometía la tapa del nuevo líquido para lavarropas: dejaba un suave perfume a coco en todas las prendas. Respiró profundo y casi se intoxica, demasiado fuerte y artificial.

Impaciente, él ya había ido y vuelto de la cocina dos veces. La miraba desvestirse y buscar sin fortuna el par de zapatillas en el fondo del placard. Agachada y de espaldas, Susanne ofrecía un apoyabici perfecto. Con el corpiño desabrochado, su pecho izquierdo había logrado evadir la resistencia que le ofrecían los elásticos y asomar, curioso, por un costado. El cabello pelirrojo y con rulos desde la raíz se extendía hasta la mitad de su espalda. Dio con el par de zapatillas, resolvió no cambiarse la ropa interior y enseguida estaba cambiada y lista para darse una última mirada aprobatoria en el espejo del baño. Justo antes de apagar la luz de la habitación, su mirada dio con el lunar marrón en la camisa celeste. Por el calor insoportable y la demora, él había resuelto aguardarla junto a la puerta de calle, allí corría una débil corriente de aire.

Ya en la vereda, el calor era tan agobiante que nada justificaba la campera con capucha que Susanne llevaba puesta, salvo las rayas blancas al costado del pantalón que continuaban en la parte inferior de la campera y la hacían "conjunto". Caminaban a un paso aún más acelerado que los pocos autos que transitaban la calle a esa hora de la noche. Taxis vacíos, la mayoría. Los postes de luz inundaban el asfalto de un color anaranjado de cama solar. Susanne vio sus zapatillas blancas teñidas de ese color cuando la correa se tensó tanto que debió soltarla. En el perímetro de la baldosa, yacía el cuerpo de Negro. A pocos pisos de altura, por su pelo tan oscuro hubiera parecido una mancha de aceite que se prolongaba en la correa extendida en el suelo. Se abalanzó sobre el cuerpo tendido y lo rodeó con el brazo para acercarlo a su cara. Aún respiraba.

A veinte metros, un joven vestido de traje sujetaba una perra Boxer que se desvivía por alcanzar aquel bulto. Antes de llegar allí, una serie ininterrumpida de malas palabras lo tenían como destinatario. Se lo acusaba de criminal y estúpido por no apurarse y prestar ayuda. La propietaria de aquel extenso repertorio de malas palabras era una joven pelirroja. Sofi, la perra Boxer, acercó su hocico al cuerpo de Negro y se acostó a su lado. De malas palabras a ruegos con llanto; luego, de agradecimientos a promesas inverosímiles. El joven vestido de traje llamaba a través de su celular a un amigo veterinario que vivía cerca. Dijo que era un labrador negro, respondió que aún respiraba y le dio la dirección. Mientras aguardaban al Mesías, tuvieron tiempo de intercambiar sus nombres, Ezequiel y Susanne, y el de ellos, Sofi y Negro.

Cuando llegó el amigo veterinario, en una furgoneta blanca con una sirena encendida en el techo, Negro ya había muerto. Ezequiel abrazaba a Susanne, y Sofi aprovechaba la confusión para investigar la vereda. De la bolsa amarilla que apoyó junto al labrador, el amigo veterinario quitó unos guantes de dentista y le revisó la boca entreabierta. Mientras le introducía un tubo violeta, le preguntó a Susanne edad y antecedentes de "Negro", así lo llamó. Tres y ninguno, empezó la respuesta de Susanne que luego contó que lo había traído del campo de sus padres, que lo sacaba a ésta hora porque ella volvía de trabajar tarde, que era muy independiente -él, el perro- y depositó un nuevo llanto en el hombro de Ezequiel cuando sintió que Sofi lamía su mano.

Negro había muerto de un paro cardíaco. Ni el calor, ni la comida, ni la ciudad, como pensaba Susanne; la desgracia dijo el amigo veterinario mientras subía el cuerpo a la furgoneta con ayuda de Ezequiel. Lo llevaría al local, y al día siguiente, Susanne debía resolver dónde enterrarlo. Vio el vehículo perderse al doblar en la esquina: ella viviría la muerte de Negro. Ezequiel le había colocado la correa a la Boxer y se disponía a irse como si nada hubiera sucedido, cuando Susanne lo invitó sin posibilidad de excusarse, es decir, lo obligó a él y a Sofi a que cenaran en su casa.

Un año después, antes de ir a trabajar Susanne le prometió a Ezequiel que por la noche saldrían a cenar. De la jornada laboral, dos novedades. Susanne había sido ascendida y debía viajar a China a comprar la ropa de la siguiente temporada. Abrir la puerta fue recibir saltos acrobáticos de Sofi y un beso en la boca de Ezequiel, que escondía algo detrás de su espalda. No tuvo tiempo de iniciar una explicación que ella lo arrinconaba contra la pared del pasillo y le rogaba que le entregara el regalo que le había comprado. Ezequiel, bajó la mirada y le mostró, con vergüenza y timidez, la camisa celeste con la que Sofi había afilado sus colmillos. Cuando alzó la vista, Susanne ya se había quitado los zapatos, reía y con las medias de nylon patinó sobre el parquet hasta el final del pasillo.

1.9.07

panicattak

(Mientras Pau cuelga de las piernas de Gastón, en el baño del bar Impronta, suena en su cartera el celular. Es Éricca, su mejor amiga, que asustada la llama para contarle lo que le acaba de pasar. Por supuesto que Pau, hamacándose en los cuádriceps de su novio, es incapaz de atender.)
dsds
dsd
Baño, corredor, pieza. En el respaldo de la silla del escritorio cuelga una camisa a cuadros. Éricca desabrocha sus botones y se la pone a modo de capa sobre la espalda. Así, de repente, esa distancia que la separa del mundo, que produce mundo … se disuelve. Una aplastante fuerza que estandariza las diferencias que gobiernan ese reino de particularidades sobre su escritorio: la birome azul, apuntes, pila de fotocopias y el sacapuntas blanco con la cara de Mickey Mouse. De eso se trata, de la disolución de esa distancia que, así como empieza, con ella termina. El derrumbe anula, vuelve nula, cualquier acción corporal o del pensamiento que pretendiese alcanzar de un manotazo la cadena de acontecimientos que la precedía: ir a buscar un vaso de agua a la cocina. La camisa a cuadros junto a sus pies, Éricca suspendida.
ghjg
ghjg
Diez minutos, media hora, medio día. ¿Un lapsus?. Las nueve y cinco, marcan los números fosforescentes del reloj despertador que está sobre la mesa de luz. Esa arbitraria disposición de los objetos: contra la ventana un escritorio con cajones que cuelgan a sus costados, en el centro una alfombra con motivos incaicos, en la pared de enfrente un póster de Madonna pegado con cinta scotch, debajo una cama de media plaza con sábanas que caen como estalagtitas al piso, a un costado la biblioteca y al otro las puertas abiertas del placard ofreciéndole un cálido abrazo. Esa azarosa relación de distancias, colores y texturas le resulta ahora familiar, poseedora de una lógica que es capaz de inteligir. Su habitación.

26.8.07

nuestro

Un corte de pelo -corto y descuidado- y un tapado gris con botones gigantes, la introdujeron en el centro de la moda y en la mano de un nuevo novio. La simultaneidad de los acontecimientos, moda y noviazgo, no fue sino efecto de mi ignorancia, o mejor, de la nuestra: terminada la relación casi no nos volvimos a ver.
En el patio de Filosofía y Letras, sentados en los bancos de hormigón, ella intentaba sin éxito interrumpir el llanto y encender un cigarrillo que sus lágrimas habían mojado, yo fracasaba una y otra vez en dar la explicación perfecta que justificara la decisión de distanciarnos, y los demás, ocasionales estudiantes, propinaban desde miradas esquivas hasta miradas de una curiosidad insaciable.
Días después, me aguardaba con los brazos cruzados -qué signo infantil- a la salida de una clase. Como siempre, estaba vestida de negro: pantalón negro, camisa negra, blusa negra; ya había resignado quitarle esa costumbre. El contraste de colores -su piel era exageradamente blanca- le otorgaba una presencia fantasmática. Aunque, con facilidad, se la podía hallar en los labios pintados de un rojo almodóvar. ¿Qué hacía ahí, ella, su rostro enojado y brazos cruzados?
Un reclamo y una amenaza. Al primero, respondí con silencio. Había resignado la ilusión de hallar el argumento perfecto que explicara con objetividad pseudocientífica porqué no podíamos seguir juntos. Algún motivo biológico hubiera sido ideal, no habría a quién echarle la culpa. Contaba también con explicaciones de orden más bien sociológico, una lectura marxista de nuestras vidas antes de conocernos (especial énfasis en el colegio secundario). Iba a utilizar el término "clase". ¡Qué terrible! Pero todas ellas, demasiado académicas, pecaban por ser incapaces de conservar cierta espontaneidad y simpleza que exigía su pregunta. No tenía una razón. Entendía tan poco porqué ella había dejado de moverme, como porqué había empezado hacerlo cuando la conocí. Mi silencio evitó, por lo pronto, terminar en una encarnizada disputa teórica e ideológica sobre ¡nuestro mayor o menor carácter burgués!.
A la amenaza no pude sino responder con una fuerte preocupación y una serie de estúpidos consejos. No lo puedo creer, tenés que comer bien, no comas tanto chocolate porque te quita el hambre, no seas tonta, lo peor que podés hacer conmigo es usarme para lastimarte, la abracé. Ningún beso, pero su tímida sonrisa indicaba que ya había conseguido lo que había venido a buscar. Ese fue nuestro último encuentro.
El siguiente sería un otoño después. En la esquina de la facultad, él, joven profesor de Letras, ella, que con nuevo corte de pelo y tapado gris había dejado de ser su alumna, y yo desde la vereda de enfrente los veía caminar tomados de la mano y riéndose.

25.8.07

Así suena Analía Bustamante

El texto que sigue es un mail de Analía, destinado a sus compañeros de teatro. Decido postearlo, por supuesto que sin su permiso, para intervenir en su circulación. La noche que narra es la de ayer. Que el soporte del texto no sea la materialidad de su voz, grave y lo suficientemente masculina como para que les guste a todos los hombres, es una pena. Creo acertar en lo siguiente: esta hija de puta tiene estilo. Pero bueno, que Analía haga sonar sus teclas.
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gfgf
lugar ameno, sin apretuje suma
resta la falta de decibeles, pero bue se puede hablar
y no salir a matar vecinos
entrando a la jungla con la compañera de juego, mister
michudis siempre mas alta que yo, entonces competir es un fiasco
se adentro uno al revaival de las caruchas y la
reiteración cotidiana que nunca es mucho
apertura: me palpea un patova (me dejo por ser
viernes), que yo reconosco, lo he visto, en algún
momento con peluca o lo que es peor interrogando a
mujeres de negro enviudadas; podría odiarlo, pero me
voy al final del despido y recuerdo que me ha sacado a
bailar un LENTO, cosa muy importante en tiempos de
música acelerada y pocos chicos que sitúan la mano en
el hombro
ppp
de allí, entonces dai, la chica melena, y ahi no me
siento tan sola con mi look rizos rizados efecto de
tanto producto capilar y motos ajenas
paso el mundillo barticiano, que por suerte! y las
gracias!, me ha sacado la etiqueta de
nueva-producto-con-20-gramos-MASS!!!-oferta, paso a
ser vivere de góndola habitual, y ya las charlas, los
reconocimientos en encuentros sutiles cuando se genera
el código. pero lo mismo cuido mis espaldas , están
todos los galeses que se camuflan en el abandono del
negro; pero lo se: puedo ser la próxima víctima y
negro; pero lo se: puedo ser la próxima víctima y
agrandar el cementerio de Vancouver si no me dejo
besar en palanganas y rallar manzanas.
pero debo huir, alguien sabe de lugares ... de donde
hay que poner la cámara para que la toma sea buena
de ahí mujer de la barra, astuta aun con barras
hechas a una altura insólita en función al codo, se
debate la alegría de buenos gancias y la existencia de
lugares como este (maquinolas cableadas que no dan
calor ni besan , pero bue comunican bastante y de ahi
lo bueno) exijo me pase su blog, prometo publicar en
puertas de baños a falta de capacidad internetica
kjk
se sigue la ronda y las viejas caras, la pequeña
estrellaluchisbar; lalau, mujer sutil que puede
mantener el balanceo de cadera aun en tiempos
tremendos de movimientos de imagenes ante tanto
alcojol
kjk
-su ruta!nos dicen, con un foco que lastima las
pupilas ya roja
decision fácil: callarse la boca antes de tirar antros
frecuentados y posibles para no ser juzgado por mala
conducta y esperar a que alguien tire el destino
incierto bajo filo de guillotina de éxito
kkk
pisa el palito el señor bigote, que amen
de esto se acusa de niño ( toda una táctica, para
mujeres bellas; no es el caso, a lugar. nota mental:
puede ser usado para una escena, pensar en el
proyecto)
mickiguikyantrobar, bien muy bien me gustan los patos;
pero es difícil robar objetos de lugares donde no hay
humo, joder con las leyes malas
lo mismo la copa, la moza...
y pichipun dance, ja
lkk
alguien me toca el hombro no cariñosamente
(adquiero la capacidad de reconocimientos de textura-mano)
me prohibe mover la cola, chan!: bolichenobailable
igual el grupo tiene imaginación, sino para que tanta
clase de teatro. ja! si se dejan los pies fijos en el
suelo y se mueve de ahí pa arriba, no se considera el
verbo bailar , solo hacer el ridículo lo cual aun no
se ha prohibido. lo mismo nos acalambramos y habrá que
restituir la noche
la lastima que perdemos al muchacho de la nieve, igual
lo veremos de miércoles para calentarle los pies
ya grupo minúsculo puede andar en cuatro ruedas,
entonces tutu
kat sabe que puede tirar la carta, aunque no sea
as-de-pica, la suerte viene hechada, y tras tantas
cosas no habrá juzgacion de fracasos de sitios
bar sira, gente joven que aun encara mujeres; lo se,
es la juventud que hemos dejado atrás, pero nos
resistimos a bailar macaferriyasociados (datos: una
rubia en el avión- peor: era muda): recuerdos de una
mente siniestra
pero bue se mueve el esqueleto, para acostarse cansado
y tener sueños profundos
lkl
bonita noche...
nos veremos en lo cotidiano o en lo esporádico,
según los casos
kjk
los saludos habituales ana,
tecleando mas de lo normal

24.8.07

gauchesco

Tuvo que abandonar su pueblo y apellido por haber sido víctima de un crimen que no tuvo el valor de cometer.

En aquella época, los habitantes de San Mauricio, superaban en número a las cruces del cementerio ubicado detrás de la estación del ferrocarril. Enrique Cachau había cedido ese potrero del fondo de La Elisa -el asunto se resolvió en la Capital- para que la estación pasara por la estancia y llevara su nombre. A dos kilómetros de allí, el vecino Duva, plantaba en una loma de La Lidia los primeros eucaliptus de lo que sería la plaza del pueblo. Un sábado de agosto, el hasta la noche anterior peón de La Elisa, Miguel Gomez, huyó por el camino de tierra que zanjó la disputa territorial entre aquellos hombres. Apuró el paso hasta donde el aliento y los guardamontes le permitieron, para alcanzar el tren de las seis.

23.8.07

blogger antes de blogspot

Hace algunos años, creo que en un viaje al Sur, compré el diario íntimo "Descanso de caminantes" de Bioy Casares. No lo puedo leer sino como un blog. Los títulos que inauguran los breves textos son: Noches, Sentimentales, Sueños, Estupideces de ABC, Por lo que pudiera pasar. Es indudable que Bioy lo pensó como blog. Un fragmento de "Por los que pudiera pasar":
"Últimamente varias muchachas, aquí y en el extranjero, están escribiendo tesis sobre mí. Entre ellas, ninguna más tonta, ineficaz y fea que la pobre M."

22.8.07

knockturno 2


- ¿Acá?, pregunta Pau
- …
Mira alrededor. Gastón termina de un trago el líquido anaranjado que queda en el vaso, espera que la mirada de Pau vuelva apoyarse sobre la suya, la toma de la mano y con un leve movimiento hacia adelante del mentón señala la otra punta del bar. Pau aparta la mano de Gastón, se incorpora y se pierde en la penumbra sin volver la mirada. Gastón se toma el medio vaso de cuba libre, revisa si tiene un nuevo mensaje en el celular.
Al costado, el almohadón vacío, aún conserva la forma que el cuerpo de Pau le imprimió al sentarse y que Gastón acaricia antes de guardar su celular en el bolsillo del saco. Al ponerse de pie, el terciopelo le desparrama un intenso escalofrío por la espalda.

21.8.07

aniversario

Así me agarra el día de mi cumpleaños, comiendo galletitas con Tholem. Repito el número veintidós, veintidós veces para familiarizarme con la materialidad de su sonido. Nos queda un año por delante, le advierto, en vistas a una convivencia que ninguno ha elegido. Hoy, recibiremos llamados de congratulación y agradeceremos sin tener la certeza de para quien iban dirigidos.
Durante el curso del año, habrá quienes me pregunten por ti. Prometo ser discreto y fiel con tu capicúa. Luego de cuatro estaciones, la cifra que te aventaja en un dígito vendrá a mi encuentro con tu misma puntualidad, y nos despidiremos como si jamás nos hubiéramos visto.

20.8.07

knockturno 1

Hace dos años abrió el bar IMPRONTA que ubicado en Gurruchaga y Honduras aún pasa desapercibido a la juventud que resuelve salidas en los bares que rodean la Plaza Serrano. Poca gente, decoración vintage, una moto Honda con arranque a pedal cuelga del techo, paredes descuidadas exhiben el esqueleto naranja de los ladrillos, mesas bajas sitiadas por sillones de terciopelo azul y una peregrinación de velas: ese parece ser el concepto del bar. Pau pidió un cuba libre y Gastón un Cinzano con Esperidina. No hay casi nadie o no se ve casi nadie.
- Ayer fui a estudiar a lo de Eri, dice Pau, me autoinvité
- Y qué onda, pregunta Gastón
- Qué onda qué
- Éricca, cómo anda
- Bien qué se yo, dice Pau y se deja caer en el respaldo del sillón. No leímos casi nada, se colgaba todo el tiempo. Le pregunté qué onda la carrera y ¿sabés qué me dijo?
- Que larga, dice Gastón y observa cómo la penumbra violácea de las velas se escabulle en el escote de la musculosa blanca de Pau.
Un joven mozo deposita los vasos sobre la mesa y vuelve a sumergirse en la oscuridad oscilante al ritmo de los distanciados beats de la música lounge.

18.8.07

knockturno 3

En el interior del baño sólo se oye la respiración agitada de Gastón, el sonido metálico de la hebilla de su cinturón que raspa contra el suelo de mosaico, y los encendidos y esporádicos gemidos de Pau. El baño es amplio, cómodo. El fuerte olor a desodorante de ambiente de limón hace del aire un jarabe espeso, irrespirable. El único foco de una lamparita dicroica inunda las paredes de azulejos azules con una luz blanca de flash. En la pared opuesta al inodoro, la puerta resiste los acolchados golpes del groove que despiden los parlantes.
Las largas piernas de Pau se anudan a la cintura de Gastón, cuyos cuádriceps a punto de estallar soportan el constante balanceo. Su pecho sembrado de pelos absorbe los torpes y débiles golpes que le reparten las desorganizadas tetas de Pau. Libre comercio de fluidos. Pau hunde sus uñas pintadas de un rojo almodóvar en los brazos extendidos de Gastón. El sudor de su espalda vuelve la fría pared de azulejos una superficie resbaladiza. En el piso de mosaico, la cartera bordó, la remera con mangas largas, la musculosa blanca, sobre la musculosa la zapatilla de Gastón.

16.8.07

cuero

No compré la campera de cuero sin antes contar con una salida ingeniosa que justificara llevarla puesta: el mes que viene me compro la moto. Nuestro encuentro en un local de la Bond Street fue casual. Iba en busca de la remera que me aportaría miradas femeninas en la próxima fiesta, cuando unas botas texanas detrás de la ventana me obligaron a entrar y preguntar su precio. Al parecer, el lugar prescindía de vendedor. ¿Sería aquel cuarentón parado en la puerta del local de enfrente? ¿Habría leído en mi rostro la pregunta curiosa y consumidora mezquina del precio de esas botas?.
gdfg
Mientras aguardaba ser atendido revisé y desacomodé con gusto los artículos de cuero que vestían el local. El romance fue inmediato. Era la primera campera de cuero negra después de una interminable fila de marrones. Además de los cierres al costado en ambas mangas, contaba con un cierre metálico que atravesaba oblicuamente el pecho como la cicatriz de una botella de vidrio a la salida del boliche. Ésas son de mina, oigo decir a una voz masculina y devenida ronca por un atado de cigarrillos diario. Me doy vuelta; y ahí parado exactamente en la misma posición que allá enfrente, el cuarentón, como si se hubiera desplazado con un imán sin levantar un pie del piso. Debía haberlo supuesto: debajo de las camperas los cinco pares de zapatos contaban con tacos casi alpinistas. Sin embargo, ese día, mi respuesta no me arrojaría al ridículo como la última vez que un vendedor me atrapó con un sweater escote en V que empezaba casi en los hombros y le confesé "debería ser mujer". Verguenza me dí. No ésta vez. Mi mejor cara de indiferencia le propinó la respuesta justa.
dsdsds
¿Cuál es el precio de la belleza?, le pregunté mientras removía con cuidado la campera de la percha sin que se trabara en las puntas. Como esperaba: un disparate. Cuatrocientos pesos, dijo el cuarentón con jean y camisa a cuadros, sin dejar asomar una pizca de carga emotiva en su voz, como si exhibir algún sentimiento lo volviera víctima de una violación. Que no intentara justificar, o al menos colaborar a que olvide el precio con un listado breve y razonable de características de la campera o propiedades casi mágicas del cuero, mientras yo, alumno, escuchara atento y en silencio sus sabias palabras dejando al descubierto mi absoluta ignorancia en curtiembre; que terminada la frase, el cuarentón, se dirigiera hacia la puerta como si ya hubiera terminado conmigo, casi duplicó el precio ya inalcanzable de la campera. Así, mi ingenuo gesto consumidor al ingresar al local había sido tan radicalmente exacerbado por aquella situación, que el acto de comprarla se volvío un duelo que no pude sino aceptar.
sdfsdf
El exagerado precio y mi irregular sueldo de publicista freelance demoraron dos semanas nuestro concubinato. Dos semanas que me tuvieron corriendo detrás de morosos, lo peor de todo, amigos la mayoría de ellos. Por su parte, ella aguardaba impaciente en el perchero mientras manos que no eran las mías la quitaban de su refugio para duplicarla en el espejo.
gdfg
gdfgdfg
(sigue, glotón...)

12.8.07

tu vieja te tiene ganas

¿Cuándo vas a morder? ¿No agarraste lo de la ropa limpia, el cuarto ordenado, la disposición a resolverte trámites de la obra social? ¿Ya vas al mismo dentista que ella?
Hoy, no es la misma teta que amaste con desenfreno, pero tampoco tu boca ni labios son los mismos ¿no?. Y así como así, ahora que sabés qué hacer con una teta, vas a buscarla a la cocina. Ella está en camisón -porque ésta es su casa- lavando platos. Te acercás en calzoncillos -los que ella te compró- y le apoyás el miembro en la apertura de los cachetes del culo. Un leve movimiento descendente confirma que los órganos encajan como piezas de un puzzle. Lo demás es tan simple y fácil: nadie mejor que ella conoce tus mañas. Y las conoce tan bien que hasta parecen pertenecerle y administrarlas en tu cuerpo.
Por momentos ella goza más que vos. Al mirarte entiende que cuando te enseñaba a hablar, no estaba sino señalándote el camino de vuelta a sus senos. Por eso se ríe y vos también, entre ustedes no hay más secretos. Cantan mientras cogen parados, sus pechos se blanden mirando hacia el piso, cantan el tema de Frank Sinatra con el que te hacía caer dormido en la cuna y te iba a despertar para ir al colegio. Ella tararea la melodía porque no sabe inglés, y vos con excelente pronunciación y exagerada voz grave decís la letra.

10.8.07

mis amigas

Nada de propietario, mis amigas no son mías. Vayamos a lo que quiero contar, porque dije amigas y ya empezó a ecoar en tu imaginario y querés seguir ligando con esto que es texto. Ellas están más lindas que nunca, ayer tomando un Valentín Lacrado lo pensé y se los dije cuando brindamos. Fue un evento vernos, olernos, escucharnos después de dos semanas distanciados. Estábamos lubricados, las palabras y gestos corrían fáciles: un enchastre de emociones. Esa vulnerabilidad que ahora me permito, es una especie de ablandarse pero sin perder la erección. Parecería haber más contacto así, pienso para adentro y afuera.
Pero no me domoro más, el ritmo del texto exige que por ejemplo diga que a una de ellas las botas negras por fuera del jean la europizaban y que con su tapado también negro cualquiera acertaría en sospechar que vio toda la Nouvelle Vague y que conoce París mejor que la Cinemascope. Del otro lado de la mesa, una belleza oriental-latina sugiere con el escote de su remera blanca la silueta justa de sus pechos. Pocas mesas desocupadas en el bar Imaginario Cultural, el resto de ellas junto con las jóvenes mozas: trabajando. Cómo no distrarse mirando en el techo el par de ventiladores que giran verticalmente.
Lo que pretendía contar cuando apoyé los dedos en el teclado, es que mis amigas practican artes marciales. Eso, y cómo me gusta escucharlas hablar de los moretones que acumulan durante las clases de kung fú y el shitsu. Golpes, patadas, problemas de equilibrio y el color de los cinturones. Así nos tocamos, con ellas y con vos.

escribir es mandato

No te voy a contar qué hice, merecer o no merecer- Después te divertís con lo que digo. Y ¿yo? pobre yo, va quedando menos de yo. Le regalé, porque la noche empezó con el cumpleaños de un amigo de tatro, un cuarto de helado de chocolate y dulce de leche. porque hay q pensar cosas piolas para ESE después. para el abajón. kimi novak, para qué seguir yendo a ese lugar, si sólo quedan representantes, yo y el prolema de la representración, hoy leyendo desgrabado de filosofía política, y después me tomo un cajé con un amigo en TEA CONNECTION, qué lindos sillones, estar sentado en la moda. las que miran son rubias y españolas, sí que fichan, pronto en alguna fiesta electrónica nos entrañarán, porque ya /ese ya es de viejo) no voy a raves electrónicas. en algún momnto habrá que admitir que no se fue, que pasaron al costado, no atravesados. pobar la chica de mi generación. tics. HAY QUE CUMPLIR. vos cunplís, yo cumplo, nosotros cumplismos. MANDATOS DE ÉPOCA, el psico de avivó, me sacó la ficha de esto, pero cómo pararlo, esto, cómo se para. el PLAYes fácil, esá garantizado, pero después a la buena de Dios. viste cómo volvió. gracias a Dos, ni lo quiero decir, pero está. algpun día será una figura poética. me gustaría dceir, sólo Dios sabe cuánta plata gasté esta noche, porqye este yo, poco le interesa. si hay se gasta.yo así me consumo. cuándo me darán un diploma por consumir con tanto ahínco, el orgullo de gastar. ella hizo su bille, de ella poco y nada tenía, ni labios ni cola, pero esa sed implacable de bille, su lengua rascándome el bille. y eso que miré bien, con ojo macho. buscando una cola dura cell, pero ella sólo rasqueteaba el bille. lo tuvo, yo también tuve. perfumes feos aunque poderosos. allores, eso mañana aparece, se prende al día. la nariz recuerda. en la clase de canto algo de esto voy a decir, algo, poco supongo. como acá, ventilar menos ¿ya es programa? contarte ¿por qué? contar el cuento para que sea coronado. y te sale gratis. la sacás barata, yo pongo la vida. la digo de nuevo, vida, porque se acaba. otro mandato, macho y entonces tonto, vivir AL PALO, ERECTO, NO PERDER EL FILO Y LA FILO, después esto es cuento, pero mientras tanto, aprovechar que todavía RESPIRA.

9.8.07

baños públicos

Camarín de las Musas. "Espía a una mujer que se mata", escuchar un texto a veces atractivo de Veronese en cuerpos desafectados (Literatura invitada de lujo, puesto que asistieron todos excepto Teatro). El cuerpo al margen de la producción de signos (puta y pura palabra). Por supuesto que Veronese no es ningún gil, hace sonar el texto en la voz, admirable técnicamente, de los actores. A la salida, con Lahe y Tom, vemos en el medio de la vereda un inodoro sin tapa. Sugiero que orinemos, pero somos demasiado palermitanos para hacerlo. Frente al mingitorio de Duchamp sí lo hubiera hecho.

16.7.07

eso

si pudiera entrar y salir.
visitarme
en lo que digo, pienso, hago y miro
darme una vuelta
eso.
darme vuelta:
lo mismo
en el mismo lugar
pero de afuera
un (afuera)
por exceso de )interior(

pasar
al otro
pasear
me
ojear como una revista
decisiones que tomé
recuerdos que olvido
las palabras que me dicen y digo
salen al paso
y
eso.

cómo
¿cómo
hablo, visto, miro, imagino
cómo funciono
porque
estoy maquinado
hace un rato
y no mucho

así o asá
pruebo
así o asá
al mismo tiempo
empujo
los dedos
y vos empujás
los ojos
para sonar el teclado
pero también
estoy
en lo que hice y no hice
todo junto
todo ahí
en que respiro y tecleo y escucho
el Ruido, o mejor Ruiz,
que es de palabra
y algo más
Ruiz
parece
una sospecha
es algo más

Ruiz
el que pasea
es visita y bicita,
pero siempre que llega
tarde llego
a saberlo
por eso
nada de idenkits
eso es para los kids
tampoco archivo
si él es
de Ruiz se dice
el Archi Vo

14.7.07

me declaro culpable

Amada ¿seré yo el responsable de las dudas que acechan el amor que a tu novio profesabas?. Oh Amada aún no mía, si fuera el Fuego capaz de consumir las cuerdas que a su amor te encadenan, si fuera el Sismo que a las edificaciones de tu actual Noviazgo derribara, cuán justificada se vería mi existencia.
Sé que a tus ojos y oídos éstas palabras no alcanzan, pero si respondieses a mi pregunta afirmativamente, ante los Tribunales de Telenovela en el horario de planchar: me declararía único y orgulloso culpable.

noche en Castelar


7.7.07

cómo suena (Laje al inglés)

hgfhgh
jhgjhj
my table-cloth city

my table-cloth city
dresses her roof legs
with delicates paviment nets.
the paving stone takes a breathe
and remembers cargo´s ships dreams
selling with its liberal swing
a class desire: be nation.
going grains and coming stones,
sweet grain that pigeons eagerly eat
till bursting below a wheel.
so if worms, darling, make you sick
never forget that you´ll be as well
stock in that stew.
the trolley bus rails, useless,
agree their pure parallel love
like lovers when sighing
dazzle by the moon
of caresses and kisses drunk
they promise a no-existing for always
cause there always is a third in love
and if this night at rosepark
exiled trans remove their thongs
to give their best black kisses
you, darling, would you say yes or no
to those aphrodites coming out of the lake
with their hymen updated and miles of
Gardel´s smile?

***
gfgfg
mi ciudad mantel

mi ciudad mantel
empilcha sus piernas de azotea
con unas delicadas redes de asfalto.
el adoquín sale a respirar
y recuerda sueños de buques cargueros
vendiendo con su vaivén liberal
el deseo de una clase: ser nación.
granos de ida y piedras de vuelta,
dulce grano que devoran las palomas
hasta reventar bajo la rueda.
y si los gusanos, mi amor, te dan asco
no te olvides nunca que vos también
vas a ser caldo de ese puchero.
las vías del trolebús, inútiles,
afirman su casto amor paralelo
como los amantes al suspirar
encandilados los ojos por la luna
borrachos de caricias y besos
se prometen un siempre que no existe
porque siempre hay un tres en el amor
y si esta noche, travestis exiliadas
en el rosedal se corrœn la tanga
para tirarte mejor sus besos negros
vos, mi amor, ¿dirías que sí o que no
a esas afroditas que salen del lago
con el himen renovado y la son
risa de Gardel?

trozado del mundo

Motorola WWW-300, es el primer celular en el mercado que cuenta con GPS o Global Positioning System. Cambia el trazado del mundo, afirma la publicidad del aparato móvil, se despiden los códigos postales en la exigencia de mayor exactitud espacial.
Lo cierto es que hoy en día, cualquiera envía un mensaje de texto con su posición satelital, para informarle a su amigo, dónde está o queda tal lugar. Hay, quienes han quitado el obsoleto número del frente de su vivienda y quienes lo dejan por criterios estéticos "retro".

caligrafías

Así escribe Gardel.

artículos de lujo


Carta Simple y Tarjeta postal

Rangos Servicio básico
hasta 20g $1,00
hasta 150g $4,00
hasta 500g $5,00

Ésta es una foto de la Carta Magna. La carta como soporte de la modernidad.

5.7.07

salir a taggear

Uno o dos años atrás, salíamos con Laxe a taggear por nuestra zona, apropiarnos de ese "nuestra". Tarea difícil en un barrio como éste, Palermo o Recoleta, de límites siempre imprecisos por las disputas inmobiliarias y sus especulaciones por el precio del metro cuadrado. Poca ayuda prestan los negocios inmobiliarios para despejar la duda existencial ¿dónde vivo?. Para algunos amigos en Recoleta, otros aseguran visitarme en Palermo.

Estábamos en las salidas knocturnas, en el peligro de los ratis y los skinhead del Centro, terminar en la comisaría de Las Heras o el hospital Rivadavia. Y sólo por quitarle la capucha al fibra azul punta gruesa comprado en Plaza Italia, agitarlo y hacerlo bailar en puntas de pie sobre paredes y otros soportes. De aquellas coreografías recuerdo "ESTO ES PORNO" inscripta en casi todos los buzones y un tobogán amarillo en plaza Francia. En el respaldo de un banco de plaza: "ESTO ES PATRIMONIO CULTURAL". Una reescritura de la ciudad. Escuché decir a Aira que con el Fauno recorrían Pringles haciendo una guía de turismo francesa, le pont Maldonado al arroyo que lleva su nombre. Habrá que mitoligizar Laxe, yo ya empecé.
fdfsdsfdfsd
En un colegio de monjas cerca del palacio Pizzurno, dimos con una vidriera tras la cuál había una Virgen con flores alrededor. Irresistible. Desencapuché al encapuchado fibra azul y puse: "CÓMO ME CALIENTA". ¿Quién de chico no se masturbó alguna vez con una estampita?

volta

I am always looking for words that have some sort of energy. Usually the name just comes, from a magazine or somebody says something. I had waited for years while working on the album but it didn't come. In the lyrics there are words like "voltage" and "voodoo", which I found to be too common somehow.
I have always tried to choose titles which are kind of latin or something, which aren't english, which is a little funny because we europeans find latin to be sort of neutral language... But I found Volta... I don't recall how it came about, but I Googled it and found that it is both the name of a scientist in Italy who invented the battery and also a river in Africa which had been built by men and a lagoon built by men called Lake Volta So several parts come into it I'm not going to name anything specific, people can guess for themselves what it is There is also a mideval dance with carries that name, a very funny dance which is very hard to learn Thusly, I got a lot of things in one word: a dance, a river in Africa which doesn't work anymore, and the battery So okay - this fits.

4.7.07

sigo chorreando

"No recuerdo por medio de qué sutilezas y sinrazones llegamos a convencernos de que robar era acción meritoria y bella; pero sí sé que de mutuo acuerdo resolvimos organizar un club de ladrones, del que por el momento nosotros sólo éramos afiliados".

El Juguete Rabioso

Roberto Art.

3.7.07

chinela

Así llaman los habitantes del Sur a una literna de fabricación casera. ¿Cómo se hace una linterna sin pilas?
Se hace un agujero en la base de un tetra-brick o lata lo suficientemente ancho como para introducir una vela. Se corta la tapa superior y después, sólo hay que prender la vela para comprobar el increíble alcance de la "chilena".
Hacéte la tuya boy scout!

los tíos de Tillo

El tío Titín vivió desde que lo conocí en una camioneta. De sus hogares recuerdo una Dodge blanca y una Dakota colorada cabina y media. En ambas, sobre el tablero detrás del volante que además era mesa, había manchas de vitel toné con distinto dibujo. Antes vivía en una casilla rodante ubicada en un rincón de un potrero de su campo junto al hangar donde descansaba la avioneta Sedan.
La segunda vez que fue asaltado por la noche en la casilla, resolvió la mudanza definitiva a la camioneta. Tras el asalto logró milagrosamente desatar las cuerdas que lo tenían inmovilizado. Montó a un tractor de seis ruedas, que había comprado para cortar el césped de la pista de aviación, y atravesó su campo hasta el de mi padre sin bajarse a abrir tranquera alguna. El frente del tractor quedó destruido.
Al día siguiente, en la comisaría del pueblo, policías daban nombre y apellido de los asaltantes a mi padre: los que hacían trabajar a "Eli" la novia del tío que trabajaba en el único prostíbulo del pueblo.

2.7.07

me violó un sorete

Siempre que el Negro regresa del baño justifica su prolongada ausencia con ésta frase. Me resulta tan gráfica y contundente, que me cuesta creer en las bromas que se le adjudican. Entre ellas, la más lograda y popular es la salida con una joven estudiante de "gastronomía". El Negro comete el fatal error de utilizar el sentido común y comentar "ah, el estudio de los gases" asegurándose que el mes siguiente la aspirante a cheff estará "siempre ocupada para salir".

WiFi

Cuando tener Internet sea un Derecho y lo mastique la máquina moderna Código Legal, entonces el Estado pondrá servicios WiFi en los barrios. Uno por uno, a Villa Urquiza, Caballito, Saavedra les será garantizada La conexión. Por demoras en las instalaciones en Villa Crespo y San Telmo, se reunirán manifestantes para cortar arterias de tránsito. Las banderas reclaman "Internet es un Derecho".
ghghghg
dsdsdsdsd
(Contemporánea, aparecerá también una nueva forma de protesta: "Piquete virtual", usuarios impiden el ingreso a sitios en Internet y servicios de mail. Para las empresas: pérdidas millonarias.)

1.7.07

www.www.com

Wide Word World
Así se llama el proyecto por el cual Tisho fue invitado a participar en una muestra permanente del MoMA. El artista Tisho se ha permitido ésta vez intervenir en la arquitectura. ¿En qué consite el proyecto?
Al parecer, WWW ocupará una de las salas principales del museo. En la sala, el público podrá ingresar a la casa en la cual hasta la estructura de la propia casa es la palabra "casa". Cada objeto será una palabra, por ejemplo, quien tome un vaso en sus manos tendrá el vaso de vidrio con la forma de la palabra "vaso". Los objetos denuncian su cáracter de signos. Una experiencia de lectura. Arquitectura poética, arriesgan los críticos para éste nuevo género.

In The Fine Art Gallery


El año de la foto 2001, ya ni falta hace que presente
a nuestro amigo Saudek.

30.6.07

golpear la rama

Charla con Swann sobre los laberintos del amor que demoran la penetración. Había vuelto de frecuentar a mi Pretendida en un ensayo de teatro. En escena: nos besamos, le digo que la amo, ella exhibe sus piernas levantandose el vestido rosa (del civil de su mamá), mi mano tiembla al apoyarse en sus medias de nylon. Bien, bien, pero la escena termina y esas vibraciones del cuerpo que soltaron gestos y palabras ("Lilia si las palabras fueron hechas para tocarnos a la distancia: no hablemos más"), de ese universo de orden copernicano soy un planeta que se desprende y es atraído por esa otra legalidad, el Fuera de Escena, donde resulta vulnerable e inoperante. Porque si algo cuestiona la confusión en la que quedo sumido es el par opositivo adentro/afuera, que no logra dar cuenta de lo que me pasa.
Los consejos de Swann van dirigidos justamente a la producción de esa otra legalidad que permitiría la penetración, operando a través de piropos. Justo en ese momento recuerdo, bendita Memoria, el saber técnico que alguna vez me administrara mi abuela mientras juntábamos fruta: para que caigan las ciruelas limpias, tenés que golpear la rama. Allá voy Pretendida.

29.6.07

muerte en vivo

Las pelis snuff son registros audiovisuales de asesinatos "en vivo" (sin la ayuda de efectos especiales o cualquier otro truco). Su comercialización es aún prohibida.

A tono con la época, el género "snuff movie" fue más ampliamente conocido en 1976, a través de la peli Snuff, originalmente llamada "El angel de la muerte" y filmada en Argentina.
ghgjgjg
dwdeded
dedededed
Poco falta para que la tele
deposite esas imágenes
en el living de tu casa.
(Si todavía no viste Videodrome de Cronenberg: antes de tirar la video alquilátela!)

28.6.07

cómo resuelve

El narrador de El Banquete de Severo Arcángelo, visita al domador Celedonio Barral. Una doble fractura de costillas lo retiene en el hospital de Villa Dolores. El desconocido que ocupa la cama lindera le suplica al narrador si tiene a bien alcanzarle el utensillo que responde al nombre ornitológico de "papagallo". Concluída la micción, el intruso le dice:
-" Usted ha inventado una leyenda literaria contra la desolación de la llanura. Y me parece bien, ya que no estuvo en sus medios hacer otra cosa. Pero hay hombres en esta tierra que han ido más allá: construyeron una leyenda sólida, con entes humanos y ladrillos, una mitología de carne y hueso, ¿entiende?"



27.6.07

no seas puto

Fede arrincona a Tincho contra los azulejos verdes de la pared. La campana del recreo ya sonó o está por sonar. La puerta del baño cerrada y la canilla de agua caliente abierta. Tincho, rodeado por la perfecta V que forman ambos brazos extendidos de Fede, observa que el saco azul (Fede está en quinto año) forma una especie de telón que lo deja a él detrás de escena. Tras un forcejeo y fallido intento de fuga, alza su mirada hacia la puerta por encima del brazo izquierdo de Fede. Con la bragueta abierta del pantalón gris del uniforme y el miembro asomando, Fede acerca su boca al oído de Tincho y le dice en un tono de voz exageradamente grave: "dale, no seas puto".


25.6.07

quince muerta

m. Portador de una robusta poronga o pesheto. Se dice de alguien "es un quince muerta".

24.6.07

volvió la Hippie

Un Hotel Spa del litoral paulista que cuenta con más nutricionistas y personal trainers que húespedes secuestró a mi madre durante dos semanas. El objetivo oficial del viaje: bajar de peso y abandonar la vida sedentaria. Por supuesto que no eran razones suficientes para un hijo que sufriría quince días de desamparo. Así que supuse que el Hotel Spa sería el lugar de encuentro con su chongo brasilero, el primer viaje con su amante argentino casado con hijos o quizás la excusa perfecta para alejarse aún más de mi padre (ya vive a 600km de la Capital).
Lo cierto es que en los pocos contactos telefónicos que tuvimos durante ese tiempo, ella no se cansaba de ennumerar las torturas a las que pagaba por someterse: 8 kilómetros de caminata, 2 kilómetros de cooper, cuotas alimenticias periódicas aunque siempre insignificantes. Por la noche, aseguraba la Hippie, ni ganas de ir al Bingo le quedaban. Tele y a dormir. En un mail, dirigido a sus cuatro hijos, les declaraba su amor y juraba invitar a comer afuera a cada uno por separado cuando volviese.
Hoy, después de cenar, iba y venía de su cuarto al mío con musculosa negra y bombacha a tono, para mostrarme los artículos que había comprado. Primero trajo una camperita con capucha ("de entrenamiento" la llamó), después una serie de perfumes (el segundo se parecía mucho al que usaba Guadalupe, la trans del fin de semana pasado, ya suponía yo que era fina), un disco de Gilberto Gil y otro de María Bethania (aún no salgo del asombro) y por último un obsequio para mí: una tableta de chocolate Lindt. Mientras abandonaba mi cuarto registré que tenía los glúteos más marcados. Qué bueno que estés de vuelta Hippie.


23.6.07

salida de Tillo

Ya me olvidé cuando fue la última vez que salí con una mina, ¿seis meses? tanto no, ¿dos? demasiado generoso. Con el afán de consolarme, hoy repasé mentalmente varias de las salidas. Grande fue la sorpresa cuando una de mis peores enemigas (siempre imprecisa e impuntual), mi Memoria, ofrecía de su archivo recuerdos con nitidez pixelada. Fue un instante, pero en todo caso, el tiempo suficiente para que lograra desentrañar la dinámica que compartían todos aquellas salidas. Aquí entonces, con todos ustedes, mi Salida Modelo.
No la llamaré sin antes decidir una acción concreta que haré mientras hable con ella (ir a buscar algo a la heladera, doblar ropa para guardarla en el ropero, etc). La acción que desarrolle no deberá exigir demasiado mi concentración o poner en riesgo mi integridad física. Nimia acción que adquirirá su valor y grandeza cuando cumpla la doble función de: equilibrirar la dosis adecuada de atención hacia la Amada y por otra parte otorgue agilidad mental. Qué práctica rara, pero cuánto más fácil será decidir, hacer reír, sorprender si tengo el cuerpo en movimiento. El ritmo liga.
Por economía de signos, eligiré el Duna Weekend para pasarla a buscar por su casa. Si en la siguiente salida uso el Clio, retrospectivamente, mi Inteligente Amada leerá allí un rasgo de caracter: es perfil bajo. Resignaré la primer salida el signo "auto fachero" que exige esfuerzo moneytario por el valor del "humilde" que exige mayor esfuerzo espiritual.
(esto recién empieza...
ella me contará sus problemas, yo ocultaré los míos ...
ella se sentirá una mina difícil porque no vamos a coger la primera salida, yo evitaré el miedo de que no se me pare).

termideitor



m. Bebida alcohólica que se obtiene por fermentación del zumo de uva. Generalmente envasada en cartón impermeabilizado o tetrabrick. (De allí, tetra).

beso per verso

La boca deseante
convoca
multitud de besos dados:

infinitos labios
se besan
en cada beso

Para que se acaben los besos sin ruido
robo al bolero, al Filmillonario de hollywood
a la pantalla de telenovela
a toda representación
de beso Ortopédico
para dártelo
¿per verso?

se acaban los ruidos sin beso
cuando suenan
por frote-frote de labios
por invasión de lengua
y mordedura sangrieta
¡Muá!
(no el moi de La can-can)
un muá que hace de la boca
coreografía
y escritura
de pluma vedette
al devenir Bocaotra


¡besa!
la boca que no habla ni come
desaloja Comidas al wok
Yogurúes y Dietascetas
Palabras Dulces&Saladas
Ensaladas mixtas y Gramásticas
para besar
sin cortes
ni piquitos-piquetes-picotes

El beso
es entre
(mujer y mujer)
(hombre a hombre)
(mujer con hombre)
(niño a padre a madre a hermano)

Cuando la saliva
no se consume en palabra
Beso

Cuando es deporte
moldear paladares
Beso

Cuando primero
fue el beso
Mito


Y así cuenta que …
de tanto besar
borrose de la lengua
el Camasutra
escolarizante
de posiciones
que produce palabra

para debenir
ruido

de berso

19.6.07

chorreo

Hoy quedé al descubierto: soy un ladrón poco profesional. La semana pasada, antes de descender a la boca del subte de Santa Fé y Pueyrredón, pasé frente a la Librería Santa Fé. Nunca tienen nada, pero esta vez no entré para preguntar. Atendía un cuarentón que apostado frente a la caja tenía la vista puesta inamovible sobre la pantalla de la pc.
Para representar mi inocencia y curiosidad le pregunté si tenían un libro que ya se dejó de editar. Saber técnico que me da la teta de Puán. La negativa del cajero fue el free pass para revisar qué tenían al fondo. Como un amor a primera vista, salió a mi encuentro "Revolución en el arte" de Masotta. "Querido libro, hace tiempo te tengo ganas, nos distanciaron el precio y tu lectura demasiado estructuralista del signo pop, pero ahora no es momento de reproches. Házte un lugar en mi morral y despídete de la frialdad de tu góndola". Sin ser visto guardé el libro en la mochila y salí por la puerta de entrada con pasos lentos y seguros. El cajero ni me miró. En el subte abrí sus hojas y le introducí mecánicamente el lapiz negro hasta la estación Catedral. Iba al dentista.
Para mis adentros, disfrutaba de buena chapa como chorro. Imaginaba ítems en mi curriculum: Jamás advertido o invicto en el arte de delinquir. Hoy, tomando un café en Puán, fui atrapado por un amigo.
Lucas sugiere ir a ver a Puente Celeste. Oportunidad fanástica para relatar la innumerable cantidad de hazañas, distraer al guardia, escondernos en el baño, llamadas por celular, etc que hicimos con Domi para colarnos la vez que tocaron en el Teatro Alvear. Verifico en el rostro del auditorio, el resto de mis amigos, si las exageraciones del relato de la hazaña no excedieron los límites de credibilidad. Gratos, sus miradas son de asombro. Sin embargo, aún candente el encantamiento de mi hazaña, Lucas revela también haber ido a ese recital y acaba reduciendo mi acto delictivo a una tontería cuando revela el valor de las entradas: dos pesos.