knockturno 3
En el interior del baño sólo se oye la respiración agitada de Gastón, el sonido metálico de la hebilla de su cinturón que raspa contra el suelo de mosaico, y los encendidos y esporádicos gemidos de Pau. El baño es amplio, cómodo. El fuerte olor a desodorante de ambiente de limón hace del aire un jarabe espeso, irrespirable. El único foco de una lamparita dicroica inunda las paredes de azulejos azules con una luz blanca de flash. En la pared opuesta al inodoro, la puerta resiste los acolchados golpes del groove que despiden los parlantes.
Las largas piernas de Pau se anudan a la cintura de Gastón, cuyos cuádriceps a punto de estallar soportan el constante balanceo. Su pecho sembrado de pelos absorbe los torpes y débiles golpes que le reparten las desorganizadas tetas de Pau. Libre comercio de fluidos. Pau hunde sus uñas pintadas de un rojo almodóvar en los brazos extendidos de Gastón. El sudor de su espalda vuelve la fría pared de azulejos una superficie resbaladiza. En el piso de mosaico, la cartera bordó, la remera con mangas largas, la musculosa blanca, sobre la musculosa la zapatilla de Gastón.
|