2.10.07

por un tiempito

Mamá me quiere tanto pero tanto, que me regaló su pito cuando yo nací. Por eso lo cuido tanto pero tanto, que sólo lo comparto con quienes son como ella.
A veces, cuando discute con papá, desearía arrancármelo -como la espada que cuentan estaba enterrada en la piedra- y devolvérselo. Si ella lo tuviera un rato, papá no gritaría tanto ¿no?.