servicios knockturnos
Fin de semana pasado, luego de inclinar incontable cantidad de copas y hacer una marivuelta ¿dónde depositar tanta ebriedad?. Fiesta en Le Parc, alguien arriesga, de una amiga de una amiga de una amiga. Allá vamos. Una caravana funeraria de coches por Libertador.
Entrar al Le Parc por la puerta grande, suena consagratorio, pero ¿de qué?. En el auto el tema son mis pantalones: negros, tipo de equitación ... hasta ahí bien ... pero de la rodilla hasta el talón tienen ojitos como para cordones y por supuesto un cordón elástico que ajusta. No pensé que iban a tener tanto éxito en la gastada. Comprados ese mismo día, estrenarlos justifica la salida con Amigos del Colegio. Puedo ser mucho más ridículo, pienso, pero parece que con poco alcanza.
¿Dónde es la entrada del edificio? Ocupa la manzana entera. Veo Canoso con jean y campera de cuero, y ya creo que es Guillote Cóppola. ¿A mí me llama? "Sí, a vos Pantaloncito". Explica que las chicas están arriba y que fue a buscar más al auto. Lo sigo a paso acelarado, cuando me pellizca el culo. Vuelo desilusionado, me quería enterrar el pinocho, debo confesarles a mis amigos. Estallan a carcajadas los rostros que instantes atrás recibían la desalentadora noticia en boca del portero "la fiesta terminó chicos"
Dueño de uno de los autos, la fatalidad de acercar a los del Centro a sus hogares. Nos detiene el semáforo de Oro y Libertador, cuando asoma Belleza Rubia de atrás de unos autos estacionados. La económica pollera ofrece unos ejercitados muslos a las miradas hambrientas de todos los tripulantes. Pelo corto, labios recién pintados y encumbrada en unos tacos altos. ¿Está esperando un taxi?
Saluda y nosotros respondemos a coro su saludo. Paula se llama y acerca su pancita con abdominales de ravioles a la altura de la ventanilla del Acompañante Jaime. En el tiempo que se demora el cambio de semáforo, Paula intuye el destino de nuestra noche pero arriega:
"¿UN PETICOLA POR CINCUENTA?"
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