19.6.07

knockturno

El género del programa es ostensivamente indefenso "ir a ver a la banda de un amigo". Pero desprovisto de propuestas y con la ilusión de que con el último acorde del show suene en mi celular un mensajito con la dirección de alguna fiesta imperdible, acepto la invitación.
La información "en frente del Teatro" resulta demasiado escueta. Después de recorrer la zona, sobre la avenida Alvarez Thomas advertimos una puerta de reja entreabierta. La fachada del lugar (stencils en las paredes, afiches fluorescentes) coincide con la otra parte de la información "es un antro". Débiles luces iluminan el interior del lugar y guían nuestros pasos hacia la barra. Pocas figuras se adivinan, el resto o aún no vino o mora en la oscuridad. El económico precio de la cerveza de litro augura, ineludible Destino, una borrachera feroz.
La primera de las bandas (bajo, gaita vasca y voz con delay) es apenas soportable y justifica que abandonemos el lugar aticipadamente. Pero, para nuestra desgracia, "la banda de mi amigo" toca última. Decido premiarme con un cigarrillo. Dentro del estoico y ridículo régimen de fumar sólo los fines de semana, este sería el tercero. Nada dije de mi amigo Dean, quien se adjudicará el protagónico en el "the end" de la salida. Para su fortuna el pelo le creció lo suficiente como para ocultar el auto-corte rolinga al que se condenara el mes pasado.
La segunda banda "Los Cuzcos" sube al pequeño escenario. Se sienta a la batería una joven rubia de pelo corto y aspecto ucraniano. Frente al micrófono un chico vestido con jean ajustado y campera de cuero presenta un riff con el bajo con distorsión. Suena muy power. La baterista se arriesga por momentos a llevar la melodía. "Es una bestia", pienso, "qué energía tiene". Siempre puntual, Dean prende un porro.
Un tema atrás de otro, tragos de cerveza fría y unas secas nos depositan a las doce de la noche en un lugar envidiable. Los primeros sacudones, por supuesto que torpes, de la noche. Mientras la pipa de unos vecinos de mesa cae en mi mano, sube al escenario "la banda de un amigo". Aún atestado de gente, el lugar no suma el pobre número de cincuenta personas.
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Lo que viene: conocemos a Fátima (rubia, trans y cantante), hacia Kimi Novak, la amiga que no encontramos (la dealer Umma no está más) la vamos a buscar al Rosedal.